jueves, 17 de febrero de 2011

Rebotan las pelotas

Antes de desarrollar  y analizar nuestra entrada final del blog como parte de la asignatura Sociología e investigación en internet, creemos conveniente hacer un breve repaso de la historia del fútbol hasta nuestros días; para así más tarde comentar nuestros pensamientos y conocimientos del fútbol con respecto a los ámbitos de la cultura, la economía, la política, la tecnología y la religión.

 El primer antecedente de este deporte lo podríamos situar alrededor del año 200 a.C. en el periodo de la dinastía Han en China. Se trataba de un juego  llamado "tsu chu", que consistía en golpear una pelota de cuero. Más tarde, otras culturas, como la romana, griega y la japonesa disfrutaron de algunas variaciones de dicho juego. Pero es en Inglaterra donde el Futbol tomó su forma actual. A principios del siglo XIX se acepta donde antes era prohibido, y los que criticaban su dureza y malas maneras buscaron un consentimiento para normalizarlo, establecer reglas e instaurarlo en la sociedad. De este modo, el 8 de diciembre de 1863, el fútbol deja de ser un juego duro y agresivo, prohibiendo patadas, zancadillas e irregularidades que aún en la actualidad siguen en vigor. La Copa Inglesa, en 1871, fue la primera competición oficial organizada en todo el mundo. El primer enfrentamiento internacional tuvo lugar entre las selecciones de Inglaterra y España, un año más tarde a la Copa Inglesa. Hoy en día, el fútbol cuenta cada día con nuevas historias y da continuos pasos hacia al frente, como así veremos más adelante.

FÚTBOL Y CULTURA   

 La cultura puede ser definida como el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.
¿No os suena esto familiar en relación con el fútbol? Podríamos afirmar que muchas personas alrededor de todo el mundo tienen como cultura el fútbol, ya que es éste deporte cómo dice la definición, quién regula su comportamiento. Es así, que actúan alrededor de él, rigiéndose por sus horarios, colores, costumbres…

 Cada vez que se juega un encuentro profesional la gente acude en su busca, ya sea a través de la televisión, Internet o en el campo de juego. Durante esos 90 minutos que dura el partido, parece que el  tiempo se congelase y que no estuviese sucediendo nada más en los alrededores. Característico es, que vayan vestidos con los colores de su equipo a ver estos encuentros, como si de una firma identificativa se tratara.
Además, tienen himnos propios y canciones, que no paran de sonar durante el transcurso del partido. Cuándo ganan un campeonato importante el ritual que se lleva a cabo es meterse en la fuente más emblemática de la ciudad en señal de su felicidad por el logro que los futbolistas han realizado. Es como si de una fiesta se estuviera hablando, ya que cuando ocurre es mucho tiempo el que se está festejando el vencimiento: empieza desde el final del partido hasta altas horas de la madrugada por parte de algunos seguidores.
 Por lo tanto vemos aquí plasmado como diferentes aspectos de lo que se considera cultura, aparecen desde que va a dar comienzo un partido hasta que éste finaliza: la hora y día del encuentro, la vestimenta, los festejos, los cánticos… además, de todas las discusiones y comentarios que la gente realiza cada día.


FÚTBOL Y ECONOMÍA

 En el fútbol, cómo en muchas otras actividades de la sociedad, la economía está presente tanto dentro del equipo cómo fuera de él. Dentro del equipo, nos referimos, al conjunto directivo así como a los jugadores profesionales que lo componen.
En relación al grupo directivo decir, que muchas veces “juegan” fuera de la legalidad, utilizando los presupuestos del club de manera fraudulenta, como por ejemplo, el conocido caso de Calciopoli, que consistió en la asignación de árbitros favorecedores para partidos clave del campeonato italiano, siendo éstos sobornados a cambio de apoyar a algún equipo.
Otra acción que suelen cometer, sobre todo los equipos que no disponen de muchos recursos económicos, es formar a jugadores jóvenes con el propósito de “vendérselos” a los clubes europeos, dando éstos últimos una cuantiosa cantidad de dinero por el jugador en sí. Por ejemplo países como Brasil y Argentina.

Los jugadores profesionales de fútbol forman una parte muy importante dentro de la economía a nivel global, ya que la mayoría de ellos cuentan con un elevadísimo sueldo, y sólo por el simple hecho de dedicarse a este deporte, algunos ejemplos son:
1. Cristiano Ronaldo (Real Madrid): 12 millones de euros.
2. Wayne Rooney (Manchester United): 11,5 millones.
3. Lionel Messi (FC Barcelona): 11 millones.
4. Yaya Touré (Manchester City): 10,8 millones.
5. Samuel Eto’o (Inter Milán): 10,5 millones.
6. Bastian Schweinsteiger (Bayern Múnich): 9,7 millones.
7. Zlatan Ibrahimovic (Milan AC): 9 millones.
8. Kaká (Real Madrid): 9 millones.
9. John Terry (Chelsea): 9 millones.
10. Emmanuel Adebayor (Manchester City): 8,4 millones.
11. Franck Ribéry (Bayern Múnich): 8 millones.
12. Fernando Torres (Liverpool): 7,8 millones.
13. Steven Gerrard (Liverpool): 7,6 millones.
14. Carlos Tevez (Manchester City): 7,6 millones.
15. Frank Lampard (Chelsea): 7,57 millones.

 Por otra parte, influyen en el sector económico haciendo de “modelos” para distintas marcas, reclamando así la atención de los compradores hacia los productos que anuncian, como son las colonias, ropa, coches…

 Fuera de lo que sería el equipo de fútbol en sí, el merchandising vendría a calificarse como algo brutal para el beneficio de estos. Día a día mueve una cuantiosísima cantidad de dinero, ya que son numerosos los artículos que se realizan para después ponerlos a la venta. Desde cromos hasta relojes de lujo con el escudo del equipo, pasando por las diferentes equipaciones en el mercado de un mismo club, banderas, balones…


FÚTBOL Y TECNOLOGÍA

 En la correspondencia del fútbol con la tecnología tendríamos mucho que decir, pero ahora solo haremos algunos comentarios al respecto. Al hablar de la tecnología no solo nos referimos a la que se aplica en el juego, si no también fuera de él.  La principal polémica surge precisamente en el terreno de juego, ya que muchas veces se discute la implantación o no de algunos dispositivos, microchips o cámaras para contar con un arbitraje más certero. Evidentemente, esta es una cuestión que no hace mucho comenzó a plantearse, ya que anteriormente no existían estos medios tecnológicos para imponerlos.  El último altercado más importante, y que lleva a la reconsideración por parte de la FA Board Internacional (organismo de la FIFA encargado de modificar las reglas del juego) fue el “gol fantasma” de Frank Lampard ante los germanos en los octavos de final de la copa del mundo 2010 disputada en Sudáfrica. Evidentemente, la tecnología es parte de la evolución humana, y consideramos, que debe ser aprovechada de la mejor manera posible en este deporte, es decir, implantando estos medios antes mencionados para así corregir algunos fallos tan decisivos como pueden ser determinados goles en fases finales que conducen a la eliminación de cualquier club. En marzo de este mismo año tendrá lugar una reunión por parte de la FIFA para reconsiderar esta situación de la tecnología en el fútbol.
 
 Cuando hablamos de la tecnología fuera del terreno de juego nos referimos a la transmisión, ya sea por internet o televisión, de cualquier evento deportivo de esta índole. Aquí, hay un tema que es necesario sacar a la luz, la política de privacidad que imponen ciertos gobiernos para no poder ver la mayoría de los partidos. Es así nuestro caso español, en donde a la hora de ver un evento por internet (necesario para la gran mayoría de las veces) resulta más accesible desde otros territorios que desde el nacional, debido a que España cuenta con diferentes cadenas televisivas de pago para ver dichos encuentros, por lo que muchas veces restringen diversas webs que retransmiten el partido, y hacen “necesaria” la imposición del pago. En estas cuestiones, resulta más conveniente seguir los encuentros desde cualquier otro país que no sea el anfitrión que lo emite.
 No obstante existan ciertos inconvenientes, pero si hay algo que debemos poner sobre las estrellas es el hecho de que para poder ver fútbol ya no sólo existe el recurso de asistir en vivo y en directo al estadio de juego, y precisamente es gracias al avance tecnológico que día a día vamos desarrollando, aunque muchas veces las webs junto con el gobierno nacional no desarrollen la “política de libertad” que creemos que debería conllevar en su esencia Internet. 

FUTBOL Y POLÍTICA  

 Para responder a la pregunta ¿es el fútbol una herramienta política? antes que nada debemos comentar de manera general que entendemos nosotros por política en este contexto. Así, la política vendría a ser aquellas acciones que realizan los altos cargos mandatarios para satisfacer sus intereses individuales, y en menor medida los colectivos. Habiendo aclarado el significado de política, vamos a narrar algunas cosillas para así intentar dar respuesta a nuestra cuestión.

 De los primeros años (Siglo XIX) del fútbol no tenemos una clara percepción para explicar si el fútbol fue utilizado como instrumento para la política. Es a lo largo de todo el siglo XX, cuando este deporte comienza a integrarse y vincularse con la política. El punto cumbre lo podemos encontrar durante las dictaduras de Hitler, Franco y Mussoluni, quienes utilizaban el futbol como elemento para generar ideologías y acciones propagandistas en relación a sus intereses.  La razón de utilizar el fútbol como herramienta política es que siempre ha sido, es y será un fenómeno de masas. Con esto, podríamos decir que este tridente dictatorial fue uno de los grandes especialistas en hacer de la manipulación del fútbol y del resto de deportes una obra de arte, aunque sin lugar a duda, el personaje más característico fue Hitler, con la idea de que el deporte en general y el fútbol en particular también servirían como instrumentos para demostrar la superioridad de la raza aria. Franco, por ejemplo, dio uso de la frase: “haga deporte y mejore la raza”, y obligó a que cada equipo de la liga nacional tuviera al menos dos falangistas en sus filas directivas.   Mención importante merece el periodista Julián García Candau, quien analizó con detalle esta relación entre la política, concluyendo que «El fútbol ha constituido en España, desde que acabó la Guerra Civil, la espita que ha dado paso a represiones y añoranzas en otros terrenos».  Mussolini, también, durante el año 1934, en la segunda edición de la copa del mundo celebrada en Italia, utilizó el fútbol para difundir al resto su ideología y exhibir el poderío militar y expansionista de su régimen. Está el dicho de que antes del campeonato, Mussolini ordenó a Giorgio Vaccaro, presidente de la Federación Italiana de Fútbol en aquellos tiempos, que Italia debía ganar el trofeo, cosa que “casualmente” resultó ser.

Punto aparte, está el caso brasileño, que durante los años veinte y treinta recurrieron al fútbol como medio para construir y fortalecer la identidad nacional del país, con la idea de que mediante la fuerza de este juego el país se consagraría como nación. Decir que en América Latina no ha existido un perfil tan perceptible entre el fútbol y la política, aunque sí que hay algunos casos como es el de Brasil, Chile, Uruguay y Argentina que gastaron una cierta cantidad de dinero para aseverarse una buena selección nacional y con ello una más fuerte presencia política.

Otras veces, como existe un elevado grado de aceptación del fútbol entre la población, los cabecillas políticos hacen uso del lenguaje futbolístico para hacer llegar de forma más directa su mensaje al electorado y así resultar más próximo. Esto es lo que se podría denominar la futbolización de la política. Expresiones como deportividad y juego limpio o fair play son utilizadas por los líderes políticos como recursos para las garantías en la campaña electoral y en el ejercicio del derecho al voto.

 Durante los últimos veinte años algunas figuras importantes merece especial atención; estos son los casos de Silvio Berlusconi, Mauricio Macri y Jesús Gil.

 Silvio Berlusconi llegó al Milán Club de Fútbol en el año 1986. Una vez impuesto su rostro deseado, Berlusconi dio un paso a la política desde la plataforma del fútbol. En 1993 creó un movimiento político, Forza Italia (FI), así más tarde se alió con la regionalista Liga Norte y la neofascista Alianza Nacional para formar el Polo de la Libertad (PL) y acudir conjuntamente a las elecciones generales de marzo de 1994. Con la ayuda de Publitalia, empresa perteneciente a dicho personaje, abordó la estrategia electoral. Su lema fue irrefutable y concluyente: «Haremos de Italia lo mismo que del Milán». Logró el 21% de los votos y 148 escaños, que con los de sus aliados formó Gobierno en mayo con Berlusconi como primer ministro.

 En 1995 Mauricio Macri obtuvo la presidencia del Club Atlético Boca Juniors, uno de los dos equipos de fútbol más importantes de Argentina. El éxito en la gestión del club le abrió las puertas de la política. Macri manifestó entonces su compromiso con la ciudad y pretendía un nuevo desafío: convertir a Buenos Aires en el motor del progreso y desarrollo del país. En 2003 hizo su primera cabalgada en el campo político, al presentar su candidatura a las elecciones a jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La finalidad era exportar su modelo de gestión profesional que había implantado en Boca Juniors a la dirección de la ciudad. No ganó, pero sus resultados fueron muy destacados. Cuatro años después Macri volvía a intentarlo, aunque solo pasó a convertirse en el referente de la oposición al Gobierno.

Jesús Gil y Gil se consagró con la presidencia del Club Atlético de Madrid en 1987, cuatro años después, en 1991, pasó a ser alcalde de Marbella. Jesús Gil se convirtió en dueño del club tras la formación en sociedad anónima deportiva, después de reunir algo más de dos mil millones de pesetas;  con ello evitó el descenso del club a Segunda División B. Como imagen redentora del club logró una enorme popularidad. Fundó entonces el Grupo Independiente Liberal (GIL), con el que ganó por mayoría absoluta en las elecciones municipales la alcaldía de Marbella en mayo de 1991, al obtener 19 de las 25 concejalías posibles. Jesús Gil falleció en mayo de 2004, a los 71 años de edad, a causa de un infarto cerebral.

 Podríamos decir entonces que fútbol es una droga social, entendiéndolo, como bien dice el historiador británico Paul Preston, como la capacidad de mantener a la población en un estado de pasividad política de tal manera que se eviten levantamientos y manifestaciones. Por lo tanto, este juego ha sido y es uno de los aspectos habitualmente más utilizados por los regímenes políticos de todo el mundo como herramienta de control de la población.



FÚTBOL Y RELIGIÓN


            Al considerar la relación que tiene el fútbol con la religión, nos ha surgido la pregunta, ¿el fútbol es una religión o simplemente es que tiene suficientes aspectos y características comunes como para poder confundirlo como tal?
           
            Según la Real Academia Española (RAE), el concepto de religión cuenta con varias definiciones diferentes, estas son:


- Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
- Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.
- Profesión y observancia de la doctrina religiosa.
- Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber. 

            Teniendo en cuenta estas premisas, vamos a intentar razonar sobre la pregunta que nos hemos planteado anteriormente, exponiendo así algunos comentarios de críticos importantes al respecto para tener una mejor visión del tema.

            Por ejemplo, el antropólogo francés, Christian Bromberger, dijo: "Es cierto que se han comparado los estadios con santuarios y que existe mucha afinidad entre la pasión por el fútbol y la religión. Hay, en efecto, un espacio consagrado (el césped), oficiantes (los jugadores), feligreses con una gestualidad codificada similar a la liturgia, y toda una serie de actitudes mágico-religiosas. Creo, no obstante, que se diferencia de una religión, por el hecho de que el fútbol no aporta ningún mensaje sobre la salvación". Fútbol y religión: dos pasiones, dos paralelismos que se unen, pero que “no aportan ningún mensaje de salvación”.
  
            Snejanka Bauer, aseguró que el fútbol reproduce los elementos esenciales de la religión y comparó "el amor, las creencias y la esperanza" de los creyentes con la de los aficionados más comprometidos. Bauer indicó que al igual que en la Edad Media la religión era el elemento central en la vida de las personas, el fútbol es hoy día "un elemento al que agarrarse y obtener seguridad". "Al igual que los creyentes reencuentran en su parroquia el paraíso perdido, un sentimiento de seguridad y unidad, así celebran los hinchas futboleros la fe en su equipo", explicó Bauer. Recordó que la mayoría de miembros de los grupos "ultras" provienen de clase social baja e indicó que, en ese contexto, el fútbol y el equipo son un "consuelo" en un momento en el que valores como el hogar y la familia son “cada vez más frágiles”.

            Eduardo Galeano se preguntó si el fútbol es el opio moderno de los pueblos, parafraseando a Karl Marx, quien no dudó en proclamar que “la religión es el opio de los pueblos”. Galeano profundizó en el tema y describió: “¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que de él tienen muchos intelectuales”.  Sobre la FIFA pensaba que era una especie de Vaticano, éste reivindica para sí un carácter divino, sacro. Piensa Galeano, que en el fútbol profesional no se aplican leyes laborales. Es una industria lucrativa, quizá la más lucrativa e importante del mundo, por la cantidad de dinero que maneja. Un negocio de millones y millones de dólares (o euros). Se parece mucho a la religión, por lo tanto, tiene una gran importancia política y económica.

            Manuel Vázquez Montalbán, en su libro, Fútbol. Una religión en busca de un Dios,  considera a la sociología del fútbol que diseña la FIFA como "una nueva religión laica organizada para beneficio de las multinacionales y las televisiones".

            Como anécdota más significativa podemos destacar la crítica que Diego Armando Maradona hizo al Papa Juan Pablo II. Cuando dijo: “Entré al Vaticano y miré el techo de oro, y me dije: ¿cómo puede ser tan hijo de puta de vivir con un techo de oro y después ir a los países pobres y besar a los chicos, con la panza así hinchada? Ese día dejé de creer”.
         
          El grandioso diez argentino es el mejor ejemplo para contrastar la religión con el fútbol, ya que gracias a su prodigiosa zurda obtuvo de los aficionados una idolatría insuperable. Llegando hasta el punto de crear una propia Iglesia Maradoniana: con oraciones, mandamientos, eventos, valores… Como los de cualquier otra religión. En él, ven la imagen del Dios salvador, al que hay que adorar e idolatrar por las maravillas que en su día realizó en los terrenos de juego. Para más información de esta Iglesia os dejamos aquí el enlace de su web oficial:  

            Echadle un vistazo!!!

            Otra anécdota que nos parece relevante es la rivalidad que protagonizan el Celtic y el Rangers, los dos clásicos escoceses que dividen la ciudad de Glasgow. Sus enfrentamientos deportivos, son considerados como una lucha entre católicos (Celtic) y protestantes (Glasgow), que en varias ocasiones desemboca, incluso, en verdaderas batallas campales. Por último, un caso trascendental es el de los futbolistas brasileños, que suelen ser bastantes religiosos, y son acreditados como "atletas de Dios" por sus habituales menciones a la religión (algunos de ellos incluso regalan Biblias a sus compañeros y rivales, como Kaká).

            En resumen, consideramos que el fútbol profesional, el objeto de nuestro estudio, llega a ser una religión para algunas personas por el concepto que tienen del fútbol y la imagen que le dan al capacitado que desempeña este deporte. No hay que olvidar, que en la mayoría de las ocasiones las masas siguen las creencias de estos ídolos del deporte profesional, no sólo entendiendo el fútbol como “una especie de religión”, sino configurando sus propias creencias, reflejando las de los “dioses futboleros”. En definitiva, pensamos rotundamente que el fútbol debería consagrarse como religión, eso sí, con un campo más amplio en su definición. Dicho esto, vamos a mencionar una serie de características para que definitivamente no dudemos de que verdaderamente el fútbol sea una religión:

·       El lugar de culto no es la “típica” iglesia o parroquia, sino el estadio de juego.

·       Veneran a los profesionales del juego como héroes futbolísticos o mártires.

·       Asisten cada fin de semana (aunque últimamente casi todo los días) al lugar de oración y celebración para demostrar su fidelidad al club.

·       Aunque sólo obtengan sufrimiento como recompensa, siguen fieles a los colores. Algunos incluso lo llevan hasta la tumba.

·       En contraposición a Bromberger, consideramos que existen casos particulares en los que, subjetivamente, el fútbol “si aporta algún mensaje de salvación”.

·       Las oraciones vendrían a ser los cánticos de alabanza al club.

·       Puede conllevar una obligación de conciencia, el cumplimento del deber asistir (ya sea en el estadio o por televisión o PC) a cada encuentro del club.

·       Es un fenómeno que mueve masas como el resto de las religiones, incluso podría llegar a ser el que más acólitos moviliza.

·       Algunos llegan a establecer  sus costumbres y hábitos en función de las reglas del fútbol canonizado.


               Una vez llegados a este punto, y centrándonos en el título de nuestro blog: ¿Hacia dónde rebotan las pelotas? Hemos llegado a la conclusión de que las pelotas (el fútbol profesional en su conjunto con todos sus elementos característicos) rebotan (involucran, relacionan, unen, corresponden, tratan, asocian, establecen analogías) hacia los ámbitos predominantes en la sociedad, es decir: cultura, política, economía, religión y tecnología. Por lo que no sólo es un encuentro en el que juegan once contra once (y “no” siempre gana Alemania), sino que la esencia de todo esto, está, en que es imposible negar que el fútbol como deporte profesional, sea y será, un prodigio que atrae a las muchedumbres y que lleva a considerarlo como una forma de conducta “necesaria”  en nuestra vida.